martes, 26 de agosto de 2014



Por un tiempo os prestaré un hijo Mío, dijo Dios, para que lo améis mientras viva, serán seis o siete semanas o treinta años, o quizás tres.
¿Queréis cuidarlo por Mi hasta que lo llame de nuevo?
Os alegrará con su encanto, su mirada, la luz de su alma y aún si su estancia es breve, tendréis queridos recuerdos de él que os aliviarán vuestra pena.
No puedo deciros si se quedará, puesto que todo lo de la Tierra es pasajero, pero ahí abajo hay amor, buscadlo.
Y ahí, con vosotros en la Tierra, ese hijo que os presto, que es mío, alcanzará a muchas almas con las lecciones que yo envío.
Miré por todo el mundo buscando personas honradas y entre la multitud que camina por la vida os elegí a vosotros.
Dadle todo vuestro amor, es una gran tarea, y no me estéis tristes cuando lo llame de regreso para llevármelo otra vez.
Más bien decid: ¡Señor, hágase Tú voluntad! por la alegría que ese niño ha traído estamos dispuestos, correremos el riesgo.
Lo acogimos con ternura de padres, lo quisimos todo lo que pudimos y por la felicidad que nos dio, estaremos agradecidos.
Pero Tú, Señor, viniste a buscarlo antes de lo que pensábamos.
El tiempo es breve, aprovechamos el presente, vivimos con intensidad cada día, cada minuto de la vida, cada segundo pero no fue suficiente.
Señor, perdona nuestra aflicción y danos luces para no perder nunca la fe.

Te quiero hasta el infinito y más allá Guillermo.

miércoles, 7 de mayo de 2014

DIECINUEVE MESES

Querido Guillermo,
 
Hoy Rodrigo cumple 19 meses, los mismos que tenías tú cuando nos dejaste y mi alma vaga triste.
Triste porque ya no podré seguir viendo vuestra evolución; triste porque no tendré más fotos donde verte como ahora veo a Rodrigo crecer.
Estos días, vuelven a mi cabeza tu cuerpecito, tu carita de ángel, tus manos, tu mirada...
Miro a Rodrigo y mi mente limitada no alcanza a imaginar como pudo ser, qué fue lo que desencadenó tu enfermedad y por qué. Si, ya sé que, como dice mi madre, no gano nada dándole vueltas porque no llegaré a comprenderlo, salvo que llegue al cielo y me digan por qué tuvo que pasar así, pero como ser humano, me hago todo tipo de preguntas intentando encontrar una explicación.
Solamente la confianza plena en Dios, es lo que me hace querer continuar pues de otro modo, me habría bajado de este mundo.
Una cosa positiva, es que con Rodrigo hemos recuperado la capacidad de dar y recibir amor. El ser humano esta hecho para amar y ser amado. Hay diferentes clases de amor, pero lo que todos tienen en común es que el amor es el motor que ha de impulsar nuestra vida, nuestros corazones, y es la fuerza que me empuja a mí día a día. "Pon amor donde no hay amor y sacarás amor" como bien dijo un santo.
Por eso doy gracias una vez más, pues a pesar de estos momentos de bajón, tengo la certeza de que tú me ayudas a que me anime, a que esté alegre y a que ayude a los demás.
El cáncer, es la lacra de la sociedad en la que nos ha tocado vivir por eso cada día vivo minuto a minuto, no pierdo el tiempo en el ayer que ya pasó, ni en el mañana que no sé si llegará, intento vivir el presente y hacer planes a cortísimo plazo. (esto a mi marido no le gusta mucho pues él es muy muy previsor pero se va adaptando).
Se acercarán duros momentos de nuevo, de eso estoy segura, porque la vida es un camino y en él no faltarán cuestas pequeñas pero también enormes, curvas peligrosas, caminos estrechos, pedregosos y difíciles de recorrer, pero si se intenta caminar con alegría, fe y esperanza serán más llevaderos.
Querido Guillermo, gracias de nuevo por animarme, aunque sea desahogándome a través de estas páginas.
No quiero despedirme sin dar las gracias a mi familia, a los amigos y a todos los que en algún momento leísteis este blog y a aquellos que a través de Guille pudimos conocernos. Vuestro apoyo y ánimo desinteresado permanecerá en mi corazón y os tendré en mis oraciones para siempre.
PD: Hijo mío, sigue ayudando a quien te necesite.

lunes, 13 de enero de 2014

SEIS AÑOS GUILLERMO

Querido Guillermo,

Tal día como hoy el 13 de enero de 2.008 a las 11.30 viniste al mundo, Dios quiso mandarnos un ángel durante un breve periodo de tiempo para que nos diéramos cuenta de lo bonito que es el cielo.
Ahora que ya no estás, cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo que pasa, me pregunto cómo serías con esa sonrisa que enamora, con esa mirada que penetra hasta lo más profundo de mi alma, con esa energía desbordante que sacaba lo mejor de mí y de todos.
Hoy cumples seis años, y cada vez que veo a tu prima Irene, me acuerdo de ti. Estarías tan alto, tan fuerte, tan simpático y dulce que me entran ganas de irme contigo ya.
Gonzalo se acuerda cada vez más de ti, y te echa de menos, pues serías su compañero, su amigo, su confidente y se da cuenta de que te necesita. Rodrigo se parece a ti en muchas cosas, y aunque duele tu ausencia aquí en la tierra, gracias a su nacimiento he seguido, hemos seguido hacia delante.
Ya sabes que si me preguntaran, hoy mismo me iría contigo pero como me dijeron ayer, en la tierra estamos de paso, nuestro camino comienza al nacer y acaba no al morir sino al llegar al cielo, y ahí es donde yo quiero llegar para verte y abrazarte, mientras tanto dispongo de este tiempo para recorrerlo de la mejor manera.
Este jaleo de vida, de estrés, de problemas, de sinsabores, no tendría sentido si no es por tí.
Cada día es un desafío, un recomenzar, un propósito, que no siempre consigo cumplir, pero lo importante es tener la alegría interior para seguir intentándolo, y por eso doy gracias, pues me guías y me animas para que siga cada día.
Hay tanta gente que sufre, con problemas graves y de todo tipo, que es casi una obligación estar alegre. Soy una privilegiada pues tengo una familia, que me cuida, un hogar, y buenos amigos.
Y para llegar a ti, mi camino es Jesús, y eso implica conocerle, tratarle e intentar imitarle en cada momento.
Dios espera en cada momento de nuestra existencia una respuesta, y somos nosotros lo que haciendo uso de nuestra libertad, decidimos sobre cada acto de nuestra vida. El está siempre esperando, nunca nos abandona sino que está siempre a nuestra lado, somos nosotros los que decidimos separarnos de El.
Hay que saber parar un rato cada día, meditar, valorar lo importante, lo que tiene solución y lo que no, y seguir caminando, hasta que Dios quiera, siempre adelante.
Yo estoy aprendiendo a vivir así, y ojalá pueda llegar el día que llegue a mi meta que eres tú.