domingo, 26 de agosto de 2018

Buenas personas

Guillermo,
 Hoy quiero decirte tantas cosas que no sé cómo comenzar.
Comenzaré diciendo que durante estos nueve años sin ti, he aprendido a vivir con mi pena y mi dolor. Tú me enseñaste a sonreír y poner buena cara aunque las circunstancias fueran adversas, a ser amable con todas las personas que se interesaban por ti y en definitiva me diste una gran lección que me va sirviendo para intentar ser mejor persona aunque no siempre lo consigo.
En este mundo hay gente mala, muy mala que intenta hacer daño pero también hay gente buena, muy buena que nos anima a seguir nuestro caminar, perdonar a los que nos ofenden y rezar por ellos.
Los cristianos erramos, nos podemos equivocar ya que somos humanos pero a diferencia de otras personas nosotros podemos confesar nuestros pecados para ser perdonados, perdonamos al prójimo y olvidamos de corazón.
Y todo ello lo hacemos porque como dice el refrán: hay que ahogar el mal en abundancia de bien. Guillermo, gracias porque me diste tu amor y me enseñaste a dar amor. El amor lo puede todo y con eso me quedo, con seguir mi caminar amando al prójimo para llegar un día al cielo donde estás tú.
Pd. Acuérdate de velar desde el cielo por papá, Gonzalo y Rodrigo.
Te quiero Guillermo hasta el infinito y más allá.

sábado, 26 de agosto de 2017

26 de agosto de 2017


Querido Guillermo,

Ayer  me diste la fuerza y el valor de seguir adelante; a valorar el presente olvidando el pasado que ya se fue y sin pensar mucho en el futuro que no se si vendrá para mí.

Gracias Guillermo porque aunque duele tu ausencia, mediante tus recuerdos, tus vivencias y todas las cosas que durante tus diecinueve meses me enseñaste, te tengo de algún modo presente. No es que quiera recrearme en mi duelo y mi dolor sino que hay días que te añoro más y esta semana ha sido muy especial.

Gonzalo y Rodrigo me ayudan en mi caminar, a crecer en virtudes, sobre todo a tener más paciencia, más dulzura, aunque a veces no lo consiga del todo. Por ahora todos estamos bien, hay calma en nuestras vidas, y en estos momentos intentamos exprimir cada momento juntos, en familia, en unión.

Para ello seguimos formándonos como personas y como padres para que cuando vengan momentos difíciles sepamos mantenernos firmes y a flote.

Papá, aunque no me lo exprese con palabras, sigue llevándote en lo más profundo de su corazón no tengo la menor duda.

Guillermo, tu que nos ves a todos desde arriba cuídanos, ayúdanos a seguir unidos, y a mantenernos con la esperanza puesta en llegar algún día al cielo donde estás tú.

Te quiero hasta el infinito y más allá Guillermo.

PD: Guillermo acuérdate de todos aquellos amigos y familiares, en especial a mi mami, y a todos aquellos que han pasado o están pasando por alguna enfermedad.

Un abrazo desde mi alma Guillermo.

sábado, 14 de enero de 2017

CUMPLEAÑOS PARA TÍ

Querido hijo,
Estamos pasando un momento delicado, otra vez la vida nos pone a prueba, ahora de otra manera, menos mal que hemos entrenado contigo y estamos preparados para afrontar lo que venga.
Dice la canción: "Tres cosas hay en la vida, salud, dinero y amor quien tenga estas tres cosas que le de gracias a Dios..."
Esta vez nos ha tocado la segunda; papá está en busca y captura de un trabajo y aunque no hay resultados estamos serenos y esperanzados de que algo bueno encontrará.
Gonzalo y Rodrigo siguen bien de salud por ahora. Gonzalo entrando en pre-adolescencia y Rodrigo queriendo ser tan mayor como Gonzalo.
Tenía varios compromisos este viernes pero durante la semana he estado pensando que debía estar en casa y celebrar tu cumpleaños como te mereces.
Rodrigo me ha ayudado a preparar una gran tarta y a la hora de la cena hemos soplado las nueve velas y todos hemos cerrado fuertemente los ojos durante unos segundos.
Hemos puesto tu video y aunque no he podido evitar llorar, he sentido lo que supone ser familia.
Gonzalo te llora aunque no se atreve a expresarlo con palabras, y Rodrigo te ve con tanta alegría que incluso a veces desea tener un hermano.
Papá es al que tienes que ayudar, pues anda algo perdido en medio de esta situación. Se que le cuidas y le llevas de la mano pero hay que animarle para que ese humor cambie.
Yo hay ocasiones que no puedo más, pero enseguida te miro y veo la razón por la que tengo que luchar. Aunque tengo mis momentos, intento encontrar huecos donde poder sentirte.
Sigo pensando en cómo poder ayudar un poquito más a los demás, a toda esa gente que no tiene la suerte de tener ni sentir la unidad de la familia que es en definitiva lo que nos hace seguir luchando día a día aunque las condiciones sean desfavorables, aunque sople fuerte el viento, y el temporal sea cada vez más fuerte, la familia que tiene unidad, aquella en la que se cuidan los unos a los otros se fortalece y permanece junta para siempre.
Guillermo, acuérdate de todas las familias, las que están en los hospitales, en situaciones difíciles, las que están desestructuradas, y sobre todo de cuidar desde el cielo a papá.
Te quiero hasta el infinito y más allá Guillermo.

jueves, 21 de enero de 2016

OCHO AÑOS Y MI REGALO PARA TÍ

Querido Guillermo,
El 13 de enero cumpliste 8 años. Sin embargo he querido esperar al día de hoy para enviarte mi regalo.
Tú ya serás un gran campeón allá arriba, y yo sigo anhelando el día que te vea de nuevo.
Soplamos las velas, Gonzalo pidió un deseo, Rodrigo partió la tarta y vimos tus videos.
Hoy he cerrado una cosa más que me unía a ti.
He hecho este esfuerzo como terapia para superar tu marcha y para recuperar algo de memoria, pero es que te echo tanto de menos que de nada me sirve tener todos los títulos, honores y distinciones si no te tengo a ti.
Estoy orgullosa de haber ofrecido tantas horas, días, semanas, meses por tanta gente que lo necesita, y por algunos que ya se han ido.
Ha sido un día alegre-triste porque tú has sido el motor que me ha animado a continuar, porque en muchas ocasiones he querido tirar la toalla pero me has inspirado y he llegado a la meta arropada por mi marido y familia.
A pesar de la satisfacción que supone llegar a un alto grado de conocimiento en Derecho, y es motivo de orgullo profesional, yo preferiría tenerte entre mis brazos y seguir formándome contigo.
No obstante este es mi regalo para ti.
Guillermo, aquí seguiré  hasta que llegue el momento de reunirme contigo.
Gracias por tu regalo. En la clase de yoga te vi.
Te queremos hasta el infinito y más allá Guillermo.


sábado, 21 de noviembre de 2015

VIDAS PLENAS

La sucesiva partida hacia el cielo de gente querida en este mes de noviembre, (y aunque algunas no las haya podido conocer personalmente), ha precipitado que tenga que explicar a mi hijo el tema de la muerte que para mí se torna delicado, cuando en el trasfondo de todas las preguntas aparece como protagonista su hermano Guillermo, y que hasta ahora evitaba tener que comentar.
Algún día, me decía a mi misma, se lo tendré que explicar, pensando que aún quedaba mucho para ello.

Tenemos la certeza (así lo dice la Iglesia) de que los niños sin uso de razón (Guillermo) y los santos están en el cielo le dije, los demás tenemos que ganarnos el cielo día a día aquí en la tierra.

También sabemos que el cuerpo tiene un alma, que el cuerpo se queda y el alma es la que fluye y continua su caminar hasta llegar al cielo.

Para un cristiano, la vida se cambia pero no se pierde, y aunque Dios no avisa, hemos de creer que lo que nos pasa  y cuanto nos pasa es para bien.

Es humano no querer que nadie se vaya y el sentimiento de dolor, la pena, invade el corazón cuando ello sucede , pero dentro de esa pena, los cristianos tenemos una esperanza puesta en el cielo ya que sabemos que el alma vivirá para siempre.

Nuestra vida comienza por un acto de amor de Dios entre dos personas en el que no intervenimos. No somos nosotros los que elegimos donde ni cuando nacer.

A diferencia del nacimiento, el  momento final de nuestra vida, es un acto personal, que tenemos que hacer cada uno individualmente y por eso hay que prepararse, para que cuando llegue estemos en paz con Dios, con nosotros mismos y con los demás.

Cierto es que tenemos toda la vida para prepararnos pero lo vemos tan lejano que vamos dejando pasar los días, y aunque nos preparamos y ponemos mucho empeño para las cosas que nos interesan, el cuidado de nuestro corazón queda relegado a un segundo plano.

Que bueno sería poder decir cuando llegue el momento, que nuestra vida ha sido plena y grata a Dios, y poder decir de cada uno que pasó la vida haciendo el bien.

Plena porque en el aspecto profesional, ya sea siendo ama de casa o presidente del gobierno, obró teniendo a Dios como ejemplo, según sus circunstancias y las de los que le rodeaban.

Plena porque en el aspecto personal fue forjando su camino gracias a las personas que Dios puso a su lado y que contribuyeron a que creciera como persona.

Que bueno sería tener el convencimiento de que gracias a toda esa gente que uno conoce a lo largo de la vida, nos ha servido para ser mejor, y que bueno sería saber que tu entorno más próximo se preocupa por ti, reza por ti, cada uno según su forma y manera de ser.

En alguna ocasión anterior lo he comentado, y ahora lo repito debido a que me doy cuenta con más frecuencia de la suerte que tenemos los cristianos en este aspecto, ya que como Iglesia y Comunidad nos preocupamos de rezar los unos por los otros, en lo que se llama la Comunión de los Santos.

Comunión de los Santos quiere decir unión común con Jesucristo de todos los santos del cielo, de las almas del purgatorio y de los fieles que aún peregrinamos en la tierra.

Es la unión de todos los santos con la Cabeza de la Iglesia, que es Jesucristo, y de todos los santos entre sí. Los del cielo interceden por los demás; los de la tierra honran a los del cielo y se encomiendan a su intercesión, también oran y ofrecen sufragios por los difuntos del purgatorio, y estos también interceden a favor nuestro.
Cuando ya no se puede hacer nada, o cuando aún poniendo todos los medios médicos, económicos y materiales necesarios, saber que otra persona se acuerda de ti, reza por ti, por tus familiares, aunque tú no se lo pidas da mucha serenidad.

Que bueno es saber que en el último momento de la vida hay alguien rezando por ti y que no hay distancias ni fronteras para la oración.

Yo no soy nadie para dar consejos, día a día tropiezo una y otra vez con los mismos defectos y debilidades, contra las que intento luchar, lo único que me mantiene a seguir y no rendirme es la fe en que el de ahí arriba nos perdona siempre y nos espera a todos con los brazos abiertos y yo quiero llegar, tengo que llegar.

Que bueno sería en esos últimos momentos volver la mirada a Dios y que el sentimiento que tuviera nuestra alma fuera de gratitud. Primero con Dios porque nos quiere tal y como somos, su misericordia va más allá de la justicia y sabemos que nos perdona siempre; en segundo lugar gratitud con los demás, que nos ayudan a ser mejores, a perdonar nuestras faltas y errores y por último con nosotros mismos al tener la paz y la serenidad de saber que hemos hecho las cosas bien.

A las personas que ya se han ido por las que hay que rezar, a los familiares para que sigan su caminar con esperanza y oración, y a todos nosotros, para que hagamos el propósito de preparar nuestro corazón.

Te quiero hasta el infinito y más allá Guillermo.








miércoles, 26 de agosto de 2015

Todo estará bien

Guillermo,
Han pasado seis años desde que te fuiste al cielo y para mi parece que fue ayer.
Muy a mi pesar el tiempo pasa, los niños crecen sanos por ahora, nosotros también vamos cambiando...por dentro y por fuera...
Todo pasa, nada permanece, todo tiene un principio y un final. Por mucho que nos empeñemos en atarnos con trabajos, viajes, compromisos, fiestas... No es sino un mero entretenimiento que nos sirve para prepararnos para que el final del viaje haya merecido la pena.
En estos momentos vivo tu ausencia con paz y serenidad. No con resignación sino con la esperanza de que todo llegará y mi encuentro contigo también.
Por muy mal que me salgan las cosas, aunque no consiga las metas materiales propuestas, una mirada tuya y sé que todo estará bien.

Gracias a todos los que os seguís acordando de Guillermo y de nosotros.
PD: sigue ayudando a quien lo necesite.