martes, 27 de agosto de 2013

DONDE ESTA MI CORAZÓN

Querido hijo,
Hoy hacen cuatro años desde que volaste al cielo... y para mí parece que fue ayer.
Cada día es un reto y te echamos mucho de menos, pero hoy hemos querido recordarte de una manera más intensa y especial con Gonzalo (que ya es mayor) y con Papá.
Este año ha sido especial y duro pues a pesar de las alegrías que nos va dando Rodrigo y que por ahora parece que todo va bien, nos quedan temores, dudas, miedos que hacen que piense en tí a menudo y que no pueda evitar preguntar por qué te fuiste y si nos volverá a pasar. A todo ello se une el parecido fisíco entre los hermanos, así que, los meses que Rodrigo va cumpliendo, son para nosotros una alegría total.
Igualmente este año han ido también al cielo varias personas, alguna que te conoció a través de este blog y otros (niños y adultos), a las que Dios se los quiso llevar para que no sufrieran más. A veces me cuesta aceptar por qué hay tanta enfermedad, que pasa con la sociedad, el mundo que vivimos que hace que se vayan los mejores, pero luego recapacito y pienso que es porque es precisamente por eso; porque son, cómo fuiste tú, seres especiales que no están hechos para este mundo.
Para los que nos quedamos, hemos de aprovechar el presente pero teniendo las maletas del alma preparadas, pues el pasado ya pasó y el futuro quien sabe lo que nos deparará.  La vida sigue y sigue, da igual lo que acontezca, unos nacen, otros se van...lo que es noticia hoy, mañana ya será el pasado y a nadie le importará...
Sin embargo, me he dado cuenta, de que lo que siempre permanecerá y es innato a la condición humana (aunque algunos se empeñen en demostrar lo contrario), es el amor. Hay mucha gente que sufre por diversos motivos, ya sean familiares, laborales, enfermedades, tragedias...y si de por si son situaciones difíciles, sin alguien que te ayude, o te quiera es aún peor.
Un santo decía: "Pon amor donde no hay amor y obtendrás amor" y otra gran santa, la madre Teresa de Calcuta que se entregó plenamente a los más pobres y necesitados, en una ocasión cuando un periodista le dijo que no tocaría a un enfermo cubierto de llagas ni por un millón de dólares ella le contesto: "si por dinero fuera, ni por dos millones lo haría yo. Pero lo hago de buen grado, gratuitamente, por amor a Dios". Estas palabras me hacen pensar donde pongo yo mi corazón y he descubierto que ahora soy más generosa. Antes diría que mi corazón está  en mis hijos, mi marido, mi familia, mis amigos pero también en cosas materiales, necesidades que nos crean las modas, la sociedad y el propio egoismo humano.Gracias a tí y a todas las personas que conocimos a través de tu enfermedad mi corazón se ha agrandado y como mi meta es llegar a verte, eso me hace amar de corazón además de a amigos, familiares y conocidos, a gente que no conozco de nada pero que necesitan que recen por ellos, que les ayuden, les cuiden... en definitiva me he dado cuenta que se trata de poner el corazón en los demás.
La madre Teresa fue y será, incluso para los no católicos, un gran ejemplo de amor desinteresado y decía ver en toda esa gente al mismo Cristo. Daba todo su corazón, aunque fuera por unas pocas horas, pues muchas de las personas que atendía eran moribundos, a todas esas personas porque realmente amaba a Cristo.
Yo tengo mi vista puesta en el cielo que es donde quiero llegar y para ello pondré mi corazón en la ayuda desinteresada a los demás, a través de lo que tengo,  mi trabajo y mi oración y doy las gracias a Ricardo de la asociación porqueviven.org, por habernos reencontrado.
Guillermo: sigue brillando y ayudando a toda esa gente que te necesite y como no acuérdate de cuidar a tus hermanos Gonzalo y Rodrigo y a papá y a mí para que seamos una familia unida.
Te quiero hasta el infinito.


domingo, 13 de enero de 2013

FELIZ 5 AÑOS CAMPEÓN

Querido Guillermo,

Hay veces que ocurre que la mente no puede controlar todo lo que pasa por nuestro corazón y, a pesar de intentar mantener las emociones ocultas, escondidas para uno mismo, llegan días, momentos, fechas que es imposible y afloran sin esperarlo.

Me gustaría ser como mi hijo Gonzalo, que asume con naturalidad tu marcha al cielo y piensa que estás allí físicamente cumpliendo años y pasándolo en grande, pero hay días que no puedo... me pregunto como estarías de guapo, de alto, de fuerte...como jugarías, pelearias, y querrías a tus hermanos...


Sin embargo, tras una semana de emociones intensa una vez más tengo que agradecer a Dios haberte conocido pues gracias a tí tengo el reto de levantarme cada día para ser un poco mejor y ganarme el cielo.

Celebraremos tu cumpleaños, tus cinco años, esta vez con un miembro más en la familia, Rodrigo, al que también le doy las gracias por venir a mi vida, a nuestra vida.

Sé que lo mandaste tú desde el cielo y que juntos vuestras almas decidieron que sería bueno para nosotros, y me imagino que Dios le dió forma moldeándolo de forma perfecta y naciendo sano y que entre todos le dotásteis de un carácter alegre, de una fuerza impresionante y de una belleza serena.

Rodrigo no me pertenece a mí sino que es un poco de todos: de la familia que con tantas ganas lo quiere, de los abuelos, tios, primos que también necesitaban esa dosis de alegría ,y de toda la gente que conoció a Guillermo pues Rodrigo es testimonio tuyo.

Por eso, a pesar de mi dolor por no tenerte, debemos estar alegres por dentro y por fuera, y soplaremos en tu nombre las cinco velas a la vez que mandaremos nuestros deseos al cielo esperando verte pronto.

Te quiero Guillermo.