miércoles, 7 de mayo de 2014

DIECINUEVE MESES

Querido Guillermo,
 
Hoy Rodrigo cumple 19 meses, los mismos que tenías tú cuando nos dejaste y mi alma vaga triste.
Triste porque ya no podré seguir viendo vuestra evolución; triste porque no tendré más fotos donde verte como ahora veo a Rodrigo crecer.
Estos días, vuelven a mi cabeza tu cuerpecito, tu carita de ángel, tus manos, tu mirada...
Miro a Rodrigo y mi mente limitada no alcanza a imaginar como pudo ser, qué fue lo que desencadenó tu enfermedad y por qué. Si, ya sé que, como dice mi madre, no gano nada dándole vueltas porque no llegaré a comprenderlo, salvo que llegue al cielo y me digan por qué tuvo que pasar así, pero como ser humano, me hago todo tipo de preguntas intentando encontrar una explicación.
Solamente la confianza plena en Dios, es lo que me hace querer continuar pues de otro modo, me habría bajado de este mundo.
Una cosa positiva, es que con Rodrigo hemos recuperado la capacidad de dar y recibir amor. El ser humano esta hecho para amar y ser amado. Hay diferentes clases de amor, pero lo que todos tienen en común es que el amor es el motor que ha de impulsar nuestra vida, nuestros corazones, y es la fuerza que me empuja a mí día a día. "Pon amor donde no hay amor y sacarás amor" como bien dijo un santo.
Por eso doy gracias una vez más, pues a pesar de estos momentos de bajón, tengo la certeza de que tú me ayudas a que me anime, a que esté alegre y a que ayude a los demás.
El cáncer, es la lacra de la sociedad en la que nos ha tocado vivir por eso cada día vivo minuto a minuto, no pierdo el tiempo en el ayer que ya pasó, ni en el mañana que no sé si llegará, intento vivir el presente y hacer planes a cortísimo plazo. (esto a mi marido no le gusta mucho pues él es muy muy previsor pero se va adaptando).
Se acercarán duros momentos de nuevo, de eso estoy segura, porque la vida es un camino y en él no faltarán cuestas pequeñas pero también enormes, curvas peligrosas, caminos estrechos, pedregosos y difíciles de recorrer, pero si se intenta caminar con alegría, fe y esperanza serán más llevaderos.
Querido Guillermo, gracias de nuevo por animarme, aunque sea desahogándome a través de estas páginas.
No quiero despedirme sin dar las gracias a mi familia, a los amigos y a todos los que en algún momento leísteis este blog y a aquellos que a través de Guille pudimos conocernos. Vuestro apoyo y ánimo desinteresado permanecerá en mi corazón y os tendré en mis oraciones para siempre.
PD: Hijo mío, sigue ayudando a quien te necesite.